La piedra natural se utiliza en muchos de los edificios para revestir las fachadas exteriores, dotándolas así de un acabado de gran dureza y calidad.

Este aplacado exterior potencia la imagen visible del edificio y le proporciona una serie de cualidades que se relacionan con la sobriedad, elegancia o durabilidad.

Tres son los aspectos fundamentales que han de tenerse en cuenta al decidir el recubrimiento exterior del edificio con aplacados de piedra, para evitar que aparezcan lesiones. En primer lugar, la elección del material, que debe ser una piedra dura, resistente al desgaste que produce la acción combinada del agua, el viento y los elementos contaminantes del medio ambiente al que esté expuesta.

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