Podemos considerar el arenado, un «mini abujardado», ya que en términos generales, las características de los dos procesos son muy similares, variando el método empleado.
El arenado consiste en golpear la superficie con arena de sílice o corindón, impulsada por aire a través de una boquilla que «dispara» la arena contra la piedra. En función de la presión que se aplique a la arena, la piedra presentará un punteado más o menos profundo, y siempre resaltando un poco el color de la piedra. Se aplica en todas las piedras.
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